Esta es la frase con la que Cristian Nieto Flórez, aprendiz del programa de Multimedia, invita a sus compañeros de la Regional Bolívar a cooperar con la causa de las Fundaciones Fundevida y Funvivir, entidades sin ánimo de lucro, dedicadas a los niños con cáncer y enfermedades hematológicas.

La  actividad de recolección de tapas plásticas, se constituye en una fuente de financiación para estas organizaciones que brindan apoyo económico, emocional y médico, tanto a los niños con cáncer como a sus familiares.

El sueño de este joven aprendiz es ayudar a estas entidades como reconocimiento a su noble labor, sobretodo, como retribución y agradecimiento por haberle apoyado durante su proceso de lucha contra el cáncer. 

El guerrero de la vida venció un cáncer en la rodilla izquierda cuando tenía 16 años; “fue muy duro al principio, ya que con solo 14 años me diagnosticaron osteosarcoma – Cáncer óseo-  a esa edad era difícil comprender que mientras mis amigos jugaban partidas de futbol yo debía jugarme la vida en tratamientos de quimioterapia”.

Aunque afirma que recuerda ese episodio de su vida como una batalla difícil, expresa con optimismo sus aires de victoria, con los mismos que pretende contagiar a los niños que se encuentran en la misma condición, pues su experiencia le enseño que la buena actitud y la fe son el arma estratega para vencer.

“Es satisfactorio ver la recuperación de nuestros niños, ya que esa es nuestra razón de ser y lo es aún más cuando los vemos volver por razones diferentes a la enfermedad, por ejemplo el caso de Cristian, quien viene a cooperar junto a sus compañeros en la recolección de tapas”, expresó, Claudia Canedo Miranda, trabajadora social y coordinadora del Programa de Reciclaje de la Fundación Fundevida. 

Cristian recuerda al cáncer como una experiencia que le moldeó el carácter y un espíritu guerrero que no le permite contemplar posibilidades derrotistas ante los obstáculos que se le presentan.

Sus pasos lentos y apoyados en muletas son el resultado de las operaciones a las que se tuvo que someter para exterminar la enfermedad, sin embargo también son un reflejo de quien arrastra la experiencia y sabiduría en su andar, pues a sus 20 años le ha tocado enfrentarse a dobles dosis de luchas y glorias a las que se enfrenta en promedio un joven de su edad.

Este cordobés de nacimiento y bolivarense por adopción, comparte que en su proyecto de vida se encuentra continuar desarrollando actividades orientadas a ayudar la misión de organizaciones que buscan el bienestar de los niños y jóvenes con cáncer.

“En esta primera entrega donamos 15 kilos de tapas plásticas a cada fundación y ahora queremos hacer actividades más grande, que permitan la recolección de 1 tonelada”.

Además de su trabajo voluntario para cooperar con las fundaciones, entre sus planes está la creación de su propia empresa de diseño, desde donde pretende conquistar clientes con su creatividad y habilidades artísticas.​