Con una inversión inicial de mil millones de pesos, el SENA abrió hoy las puertas de la primera Escuela de Confitería y Dulcería de Latinoamérica, proyecto que cuenta con el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y de las empresas del sector en el departamento de Valle.
La Escuela –que tendrá su sede en el Centro Agropecuario de Buga– nació como respuesta a las necesidades deformación y profesionalización del talento humano de esta industria en el país y cuyas exportaciones superan los 280 millones de dólares al año, de los cuales 85,5% se efectúa desde el suroccidente colombiano.
“De esta manera se beneficiarán 600 aprendices cada año y lo más importante es que, al finalizar su proceso de formación, puedan tener un empleo formal, dada la creciente demanda de este sector”, expresó la Directora General del SENA, Gina Parody.
Los bombones, caramelos, confites y pastillas son los principales productos que se exportan, especialmente a Venezuela, Ecuador y Estados Unidos, países a los cuales se dirige el 60% del total de las exportaciones de esta industria, que en 2012 logró ventas por 1.164,4 billones de pesos.
Para la segunda fase, con un monto de 1.500 millones de pesos, la Escuela se dotará de equipos en el área de empacado y para la línea de chicles, gomas y productos aireados.
“Con la creación de esta Escuela impactamos, por un lado, en la calidad, con inversión en nueva infraestructura, y, por el otro, en la pertinencia, con formación que responde a las necesidades y el desarrollo del sector productivo de la región”, agregó Parody.
Reconocidas empresas como Cadbury Adams, Colombina, Comestibles Aldor, Ingredion, Silesia, Confitecol, Superalimentos, Nacional de Chocolates y Dulces del Valle, son algunas de las aliadas para la implementación de esta estrategia.
“Este proyecto es muy importante porque dinamizamos la economía de nuestra región con el procesamiento de materias primas como la caña y derivados del cacao, fortaleciendo el encadenamiento productivo del azúcar y sus derivados”, manifestó Esperanza Adriana Ramos Rodríguez, directora del SENA en el Valle.
Para la segunda fase, la Escuela de Confitería y Dulcería se dotará de equipos en el área de empacado y para la línea de chicles, gomas y productos aireados, con un monto adicional de 1.500 millones de pesos. Además, se adquirirán equipos de laboratorio para análisis físico químico de los productos.
Entre los programas que se ofrecerán se encuentran los tecnólogos en Procesamiento de Alimentos y en Tecnólogo en Control de Calidad de Alimentos, el Técnico en Confitería y Dulcería y la Especialización Tecnológica en Innovación y Desarrollo de Nuevos Productos en la Industria de Alimentos.
También se adelantarán procesos de certificación de competencias laborales correspondientes a normas propias de la industria.