Setenta y nueve familias campesinas, víctimas del conflicto armado, residentes en este municipio y en San Vicente del Caguán, se forman con el SENA para mejorar la productividad de sus predios y hacerlos auto sostenibles.
Estos dos municipios en consolidación, son territorios de valor ambiental y estratégico, con un alto potencial de desarrollos sociales y económicos.
El proceso formativo hace parte de una alianza que tiene el SENA con el Incoder y que ha logrado consolidar significativas experiencias de formación.
"Llegamos a esta zona con formación pertinente para fortalecer y logar el crecimiento del sector campesino y así mitigar la migración del campo a la ciudad, con lo que se contribuye al relevo generacional y a mejorar la calidad de vida de estas familias", dijo José Delby Vargas Gutierrez, director de la Regional Caquetá del SENA.
El proceso formativo hace parte de una alianza que tiene la Entidad con el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) y que ha logrado consolidar significativas experiencias de formación, para crear ocho unidades productivas con los 13 millones de subsidio que aporta este instituto a cada familia focalizada para este proyecto.
Con los recursos de subsidio y la asesoría de los instructores, las familias implementan sus proyectos de desarrollo rural, para las cual se adquirió maquinaria agrícola; semillas de leguminosas, maderables, frutales y gramíneas; kits veterinarios y ganaderos.
Alexis Plazas, beneficiario y representante de la unidad productiva La Pradera, señala que "es tener una nueva oportunidad. Hemos aprendido bastante, reforzando lo que la vida nos había enseñado, porque lo importante es que de verdad estamos trabajando por el futuro del campo y de nuestras familias".
La presencia del SENA en esta zona se hace a través del programa Jóvenes Rurales Emprendedores.