Omitir los comandos de cinta
Saltar al contenido principal
SharePoint
Ayuda
Gov Co ENGLISH VERSION
Skip Navigation LinksSENA > Inicio > Sala de Prensa > noticia
Noticias SENA

Skip Navigation Linksnoticia

Noticias SENA



  • Bienestar

    Jóvenes infractores: de las calles a la resocialización

    Medellín
    viernes, 01 de noviembre de 2013
    Según el ICBF, actualmente 8.060 menores de edad son atendidos en instituciones de esta entidad, el 42,4% están privados de la libertad.
    694_199
    Según el ICBF, actualmente 8.060 menores de edad son atendidos en instituciones de esta entidad, el 42,4% están privados de la libertad.

    Son las siete de la mañana. Bajo el frío que caracteriza los amaneceres en Santa Elena, corregimiento situado al oriente de Medellín, 23 jóvenes menores de edad se preparan para iniciar las labores cotidianas del campo, en medio de la naturaleza de la zona. Desde la granja se divisan las fresas rojas y las coloridas flores típicas de la cuna de los silleteros en Antioquia. 

    Ellos trabajan y se esmeran como cualquier persona para aprovechar de la mejor manera la riqueza de la tierra. Sin embargo, hay algo que los diferencia de los jóvenes campesinos de la región: la añorada libertad que perdieron aquel día en que por cosas del destino tomaron el camino equivocado, el mismo que los hizo delinquir y alejarse de lo más querido para pagarle a la justicia sus errores.

    Reconociendo que estas personas deben enmendar a la sociedad por los daños cometidos, el SENA, a través del programa Jóvenes Rurales Emprendedores (JRE), ha desarrollado un proyecto de formación para estos adolescentes, en alianza con el 

     

     y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).  

    El SENA cumple con la tarea formar a cientos de ellos para resocializarlos y volverlos productivos para la sociedad​​​​​

    ​​Se trata de formar en el campo a los jóvenes privados de la libertad, y que con su comportamiento ya han mostrado avances en su proceso de resocialización.

    Según José Román Zuleta, coordinador de JRE de la Regional Antioquia, “Los adolescentes que están en el CAE tienen características especiales dentro del Sistema de Responsabilidad Penal. Es un proyecto piloto que se tiene para que los jóvenes que están purgando sus penas puedan pasar a un sitio de puertas abiertas donde no hay rejas sino voluntad, siempre y cuando cumplan requisitos como tener buena conducta, apoyo familiar, no consumir sustancias psicoactivas, haber cumplido una cuarta parte de la pena, y que realmente quieran hacer parte del proceso”.

    Lucho* está sentenciado a 24 meses por el delito de homicidio que cometió siendo menor de edad. Lleva 15 meses interno, tiempo en el que ha aprendido a valorar su familia y el mundo que dejo afuera desde el momento en que por un impulso cometió el peor error de su vida.

    Como este joven, en Colombia cada día aumentan los delitos cometidos por adolescentes, en su mayoría entre los 15 y 17 años. Según datos del ICBF, en lo corrido de 2013, 18.559 menores de edad han ingresado al Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes. En promedio, mensualmente en Antioquia 281 adolescentes son detenidos por diferentes delitos, en el Valle 264 y en Bogotá, 739.

    Con nostalgia y mientras dirige su mirada al horizonte, Lucho comenta que cuando fue capturado lo llevaron al Centro de Reclusión para Menores de Medellín más conocido como ‘La Pola’. Allí tuvo que aprender a vivir en unas duras condiciones y una estricta disciplina. Tras las rejas todos los días se reprochaba por qué siendo un joven trabajador y soñador, se dejó influenciar por las malas amistades y no se explica cómo un día quiso experimentar qué se sentía matar a alguien y desafortunadamente en un altercado con un hombre, decidió quitarle la vida. 

    El ICBF también destaca en un reciente informe nacional, que en cuanto a los menores de edad, el hurto es el principal delito con un 38%; le siguen el tráfico, fabricación y porte de estupefacientes con 28%; lesiones personales 9%; fabricación y porte de armas 7%; violencia intrafamiliar y daños en bien ajeno 2% cada uno; y homicidio 2%. 

    Luego de verse lejos de su familia, Lucho poco a poco fue aceptando su nueva condición y empezó a generar un cambio de conciencia: “El perdón fue indispensable para sanar las heridas y el hecho de conocer a los hijos y la familia de la víctima y ver su dolor, me hizo arrepentir y pensar en que debía pagar lo que había cometido pero sin echarme a la pena, sino con la esperanza de salir adelante para empezar de nuevo”. 

    La buena conducta y el acatamiento de las órdenes hicieron que Lucho asistiera a cursos –como ebanistería y confección- que el SENA imparte dentro de ‘La Pola’. Tiempo después fue trasladado al Centro de Atención Especializada de Santa Elena CAE, lugar que cuenta con una granja real como ambiente de aprendizaje, donde empezó a formarse como Emprendedor en Producción Ecológica de Hortalizas. 

    Martha Ligia Cañas, directora ejecutiva de Ipsicol para el Centro de Atención Especializado de Santa Elena CAE, asegura que “En esta granja todas las acciones formativas se dan alrededor del agro, se les enseña a sembrar, cosechar y recoger los frutos para poder brindarle alimentos a los familiares. Más adelante se espera comercializar los productos, ya que los adolescentes adquieren herramientas no sólo académicas sino también laborales”. 

    El objetivo de esta formación que inició en 2013, pretende cumplir los objetivos de un convenio marco pactado entre el ICBF y el SENA, para contribuir al desarrollo de herramientas que faciliten el empleo una vez estas personas salgan a la vida cotidiana, por lo que el aprovechamiento del campo se convierte en una opción viable de trabajo. 

    De este convenio de cooperación, se deriva la Formación Básica en Habilidades y Técnicas de los Jóvenes del Sistema de Responsabilidad Penal en el Área Agrícola, siendo pionero a nivel nacional en formación de emprendimiento para la reinserción social. 

    En la granja, los menores cumplen diferentes objetivos como incentivar las potencialidades y habilidades empresariales, disminuyendo los factores de riesgo que los lleva a delinquir; mejorar la mano de obra para que esté cualificada y aporte más productividad para el sector agrícola; y posibilitar mayores competencias laborales. 

    Mi familia, a pesar de la tristeza que siente porque yo estoy preso, desde que estoy en la Granja puede estar más tranquila porque saben que estoy avanzando en mi resocialización y que he puesto todo de mi parte para reparar mi error, pues acá, como no hay rejas, el que quiera se puede escapar, pero los que estamos aquí no pensamos en volarnos porque deseamos aprender mucho y no tener más problemas”, explica Lucho. 

    Actualmente, el personaje de esta historia ahora tiene más conocimiento de la vida, quiere -apenas cumpla los nueve meses que le faltan graduarse como bachiller- dedicarse al campo y hacer una carrera técnica o tecnológica agropecuaria en el SENA y ser productor en su propia tierra. Le pide a Dios mucha fe y fuerza de voluntad para adaptarse de nuevo a la sociedad y así trabajar dignamente para darle el sustento a una pequeña hija que dejó desprotegida al perder la libertad. 
     
    *Los nombres han sido cambiados para proteger la identidad de los menores.​​


    MRG/bg
​​


​​​​​​​​​​​