​En el piedemonte de la Amazonía colombiana se encuentra Caquetá, tierra fértil y exuberante habitada por gente trabajadora y dinámica, que ha sabido superar las dificultades generadas por el conflicto armado y sus consecuentes fenómenos sociales para ser emprendedora y crear empresa en la región.

 Álvaro Marles Artunduaga, ingeniero forestal y abogado, es uno de los caqueteños que con sentido de pertenencia, valentía y entusiasmo, decidió apostarle al desarrollo económico de su tierra y consolidarse tras 40 años de constante trabajo en el líder del sector de la construcción en la región.

 A través de Distrienchapes, su primer establecimiento comercial y otras empresas creadas con su familia, lidera importantes procesos de construcción en Florencia y algunos municipios, llegando a generar cerca de 60 empleos mensuales, de los cuales un significativo número son ocupados por egresados del SENA.

 Dialogamos con él sobre esta historia y acerca de cómo se hace empresa en una zona de conflicto.

​"La razón de ser del SENA, considero yo, se centra en la función extraordinaria de formar a hombres y mujeres de bien, dispuestos a ejercer su labor profesional en las empresas".​​​​

 ¿Cómo se hace empresa en un departamento con las características de Caquetá?

Es una  región  paradójica; aquí está todo por hacer. Estamos en pleno siglo XXI y relativamente es evidente el atraso; poco a poco desde hace diez años con la apertura de la nueva vía a comenzado a tener  mucha más salida hacia el centro del país.

 Hoy, como parte de la Amazonía, se constituye para el mundo en un punto de referencia, dado los recursos naturales de los que todavía gozamos. Hacer empresa, en ninguna parte es fácil, y aún más con el entorno social nuestro, donde la seguridad no es la mejor; pero hay que ser decididos, romper esas barreras y salir adelante.

 ¿Qué tanto afecta el conflicto armado, cuando se decide crear empresa y generar desarrollo en la región?

 La historia lo ha demostrado que no es fácil, pero el reto consiste en conocer en donde se vive y a que nos vamos a enfrentar; bien lo decía mi padre: el que no arriesga un huevo nunca tendrá un pollo; por eso estoy seguro que el éxito es para quien toma la decisión y es organizado.

 El sector  de la construcción ha tomado un importante auge en la región ¿A qué se debe y como aporta el SENA en ello?

 Estamos en una coyuntura importante; Florencia no es ajena a lo que ha pasado en ciudades intermedias, como Yopal (Casanare), Villavicencio (Meta) y Neiva (Huila), entre otras, donde  definitivamente la concentración de población es grande y la gente busca la oportunidad de asentarse para brindarle un mejor futuro a su familia, lo que ha generado necesidad de viviendas.

 Es ahí donde nosotros como empresarios, gracias a nuestra experiencia y capacidad constante de innovación, aprovechamos la oportunidad, contando con la mano de obra que nos aporta el SENA, a través de sus aprendices, no solo del área de la construcción, sino tambien de las de administración y comercio.

 ¿Cómo empresarios y SENA aportan a la construcción de la paz?

 La razón de ser como entidad oficial se centra, considero yo, en la función extraordinaria de formar a hombres y mujeres de bien, dispuestos a ejercer su labor profesional en las empresas; en ese sentido pienso que es su principal aporte,  porque la paz se construye con seres humanos formados integralmente… en eso el SENA es líder en las regiones.

 De parte de nosotros, a través de las obras traemos progreso y desarrollo para la población.