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  • Bienestar

    Tejiendo un nuevo futuro para Concordia

    Concordia (Antioquia)
    martes, 30 de diciembre de 2014
    Sesenta habitantes de Concordia, municipio ubicado 95 kilómetros al occidente de Medellín, se certificaron en Manejo de Maquinaria Básica para la Confección de Prendas de Vestir.
    Este proyecto nació a mediados de este año. Para 2015 esperan ajustar 150 máquinas para producción y 30 para formación. Ya tienen el terreno para una nueva sede más amplia; sólo falta gestionar los recursos para construirla.

    ​Sesenta habitantes de este municipio, ubicado 95 kilómetros al occidente de Medellín, se certificaron en Manejo de Maquinaria Básica para la Confección de Prendas de Vestir.

     

     Antes de la ceremonia se reunieron en el taller, a eso de las 11:00 a.m. para ultimar detalles de su graduación; además, alguien les iba a tomar unas fotografías. El evento sería a las 2:00 p.m; ya había afán por almorzar y arreglarse para la ocasión.

     

     En el grupo variopinto de mujeres y hombres, hay dos niñas de 15 y 16 años e incluso personas de la tercera edad. Todos se metieron de lleno en este proceso de aprendizaje y hoy están confeccionando para dos empresas en la capital antioqueña.

     

     De los 60 que se van a certificar, cerca de la mitad trabajan en la producción de 1.900 prendas deportivas. Por ahora se hacen llamar Confecciones del Café y el plan es convertirse en una asociación.

     

     ​​La historia comenzó cuando a Guillermo Gaviria, comerciante y oriundo de la localidad, se le ocurrió que las diez modistas del pueblo capacitaran a la gente.​

     

    Un empresario de las confecciones, llamado José Enrique Sánchez, dueño de la marca Kikes Sport, es una de las personas que comenzó el apoyo a Concordia y manifiesta que "estos son procesos que ayudan a la diversificación económica del municipio; ya hay varios municipios en el departamento que se dedican a maquilar; siempre será rentable mientras se ajusten los precios".

     

     La última medición del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), da cuenta que la producción industrial creció, entre enero y julio de este año, en 1,9 por ciento. Hasta ahí todo bien; el problema es que los números muestran que no se genera empleo, el personal ocupado por el sector se ubicó en menos 0,6 por ciento y entre los subsectores con los mayores aportes negativos se encuentra el de confecciones.

     

     Para Luz Eugenia Botero, directora del Clúster Textil, Confección, Diseño y Moda, "sí hay trabajo en el sector, el problema es que, debido a diferentes crisis económicas que comenzaron en 2004, la gente de Medellín  está reacia a tener trabajos inestables. El sector está arrancando otra vez y necesita mano de obra en el nivel de operarios".

     

     Es decir, el subsector de las confecciones tiene números rojos en cuanto a la generación de empleos porque en la capital antioqueña no hay mucho entusiasmo frente a este tipo de trabajo. Ahí está la oportunidad de Concordia, un municipio que se ha  dedicado casi exclusivamente al café y que necesita diversificar su economía para brindarle más oportunidades sus habitantes.

     

     A medio día ya no había nadie en el taller, las 40 máquinas apagadas, telas y prendas estaban apiladas en diferentes lugares de esa casa vieja, pero bien tenida, ubicada en la cima de una loma bastante empinada que llega al parque principal. Todos se habían ido a sus casas a prepararse.

     

     Antes de llegar a este municipio del suroeste antioqueño, ubicado a 2 mil metros sobre el nivel del mar, el paisaje se atiborra de cafetales, estos son el sustento de la gran mayoría de los habitantes.

     

     "Acá muchos vivimos de coger café; el problema es que la temporada no es todo el año y sin cosecha se hace muy difícil sobrevivir; le toca a uno irse a trabajar en cualquier parte donde le paguen el día", afirma Claudia Elena García, recolectora de café, madre cabeza de familia, con  cuatro hijos.

     

     "Es una oportunidad para mejorar la calidad de vida de mis hijos y la mía, es muy gratificante que el SENA nos haya dado esta formación, en serio que sí, muy rico", manifiesta la esperanzada  Claudia, quien esta temporada decidió no ir a recoger café; ella sabe que por este otro lado le puede ir mejor.

     

    ​"El sueño es que en las veredas hayan módulos de producción de diez personas, de manera que puedan trabajar desde sus lugares de vivienda".​​

    La historia comenzó cuando a Guillermo Gaviria, comerciante y oriundo de la localidad, se le ocurrió que las diez modistas del pueblo capacitaran a la gente; de esta manera podrían montar una asociación que les sirviera de sustento económico y dejar de depender de la recolección de café.

     

     El asunto creció y llamaron al SENA. La institución envió a la instructora Ángela María Quintero, a quien le sobró entusiasmo y compromiso con toda a la formación de los aprendices. Se inscribieron 300 personas; las primeras 60 ya están certificadas.

     

     "Arrancamos con esa iniciativa de desarrollo para el municipio; lo que vale es el capital humano, que esta gente se organice y monte una asociación o una empresa. Aquí hay máquinas que me han regalado y otras que yo mismo he comprado", cuenta emocionado Guillermo Gaviria, el mecenas de Confecciones del Café.

     

     A las 2:00 p.m.a todo estaba listo, el teatro municipal engalanado, los familiares de los graduandos ocupaban las sillas, afuera los sesenta aprendices esperaban la orden de ingreso; el frío de esa tarde oscura lo disipaba la toga y el birrete, era una ceremonia por todo lo alto. En la mesa principal el alcalde municipal, el sacerdote del pueblo, un representante de la Policía, el coordinador académico del  centro de formación y el líder comunal del proyecto estaban en la mesa principal.

     

     "El sueño es que en las veredas hayan módulos de producción de diez personas, de manera que puedan trabajar desde sus lugares de vivienda", manifestó la instructora Ángela María Quintero Arango, la profe, que amanece de lunes a sábado en Concordia y trabaja desde las 6:00 a.m. hasta las 10:00 p.m. con sus aprendices.

     

     Sonaron los himnos nacional y del SENA, se proyectaron dos videos y se proclamaron discursos con un común denominador: la materialización de un sueño, de una nueva posibilidad para el desarrollo del municipio y la calidad de vida de sus habitantes.

     

     Después,  la entrega de los certificados. Las luces de los flash de las cámaras le daba más glamur a la fiesta de estos 60 pioneros de Concordia.

     

     Al final de la jornada, francachela y comelona.​

    JCO/agf
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