En total, 31 familias de la vereda de Pita, víctimas del conflicto armado interno, recibirán formación en Producción y Comercialización de Gallinas Ponedoras con Alimentación Alternativa, así como asesoría en emprendimiento para el desarrollo de un proyecto productivo avícola.
La formación, ajustada a las necesidades demográficas de la zona, permitirá la construcción –en los próximos meses– de una infraestructura para la cría de más de 2 mil gallinas ponedoras y de esta manera generar de ingresos en la comunidad. La gobernación del Atlántico dispondrá de 100 millones de pesos para dicho propósito.
“La educación y el trabajo son las principales herramientas para construir paz y equidad en el país; de esta forma no solo estamos reparando a nuestras víctimas sino aportando a la superación de la pobreza a través de la creación emprendimientos”, aseguró Jacqueline Rojas Solano, directora del SENA en Atlántico.
La entidad llega a esta población de difícil acceso –ubicada al suroccidente del departamento–, que fue sujeta del desplazamiento forzado en 2000, amenazas generalizadas y una masacre ocurrida en 2003 a manos de un grupo al margen de la ley.
“Aquí vivíamos alegres y prósperos hasta que ocurrió todo eso; ahora nuestras condiciones económicas son bajas; no contamos con fuentes de generación de empleo, ni con mucho cultivo porque el año pasado hubo mucha sequía”, dijo Orlando Romero, agricultor de la zona.
Según señala la ley 1448 de 2011, todas las personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos que ocasionaron graves violaciones a las normas Internacionales de Derechos Humanos o infracciones al Derecho Internacional Humanitario, en el marco del conflicto armado interno, tienen derecho a una reparación integral.
El SENA llega a la vereda de Pita, que fue sujeta del desplazamiento forzado en 2000, amenazas generalizadas y una masacre ocurrida en 2003 a manos de un grupo al margen de la ley.
De otra parte, en Colombia la reparación colectiva es un componente de la reparación integral y se refiere al conjunto de medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantía de no repetición, a que tienen derecho las comunidades y las organizaciones o grupos sociales y políticos. En últimas busca generar bienestar colectivo.
En Colombia hay 7.201.034 víctimas registradas; 198.643 corresponden al Atlántico, de los cuales el 70% son sujeto de asistencia y reparación individual, según la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
“Es fundamental que el SENA esté involucrado en estas comunidades que han sufrido y que están un poco disgregadas. Estamos convencidos que a través de la formación podemos crear tejido social”, expresó Alfredo Palencia Molina, director de la Unidad de Víctimas Territorial Atlántico.
El plan de ejecución de la reparación colectiva de esta comunidad inició hace siete meses; para ello, además de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, la Gobernación de Atlántico y el SENA, otros entes apoyan el proceso como el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), el Ministerio del Interior, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Alcaldía de Repelón y diferentes universidades privadas.