El Centro de Gestión Agroempresarial del Oriente recibió del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) las certificaciones en Buenas Prácticas Ganaderas y Buenas Prácticas Ovinas.
Para lograrlo, el centro demostró ante este organismo que allí se obtienen productos inocuos para la salud del consumidor; se minimiza el impacto ambiental; se hace un uso racional de productos fitosanitarios; hace un adecuado manejo del recurso suelo y agua; se asume una actitud responsable frente a la salud de los trabajadores; se mantienen actualizados los registros que permiten conocer la trazabilidad de los productos y se tienen debidamente identificadas y ordenadas las diferentes áreas e instalaciones utilizadas en el proceso productivo.
El proceso de certificación inició en julio con la visita del ICA a las instalaciones de la subsede. La acreditación tiene una vigencia de tres años y está sujeta a modificaciones.
Los factores que se verificaron durante el diagnóstico y seguimiento fueron: Instalaciones pecuarias y bienestar animal; alimentación y medio ambiente; sanidad animal y bioseguridad; uso de medicamentos veterinarios; saneamiento básico; registro y documentación; manejo integral de plagas; almacenamiento de insumos pecuarios y agrícolas; trazabilidad; bienestar animal, personal y transporte.
"Es muy importante que el SENA, como institución encargada de impartir formación, cumpla con los parámetros de buena producción porque es un modelo que los productores pueden aplicar y, de esta manera, fortalecer estos sectores en el país", afirmó Raúl Escobar Gamboa, líder del proyecto de inocuidad pecuaria del ICA en Santander.
Finalmente, que los procesos hayan sido avalados por sus altos estándares genera confiabilidad en sus productos pues cuida la salud del consumidor final.
Suárez Gutiérrez destacó la importancia de cumplir con los aspectos de las buenas practicas ganaderas y ovinas: "Con esta certificación, el SENA impacta positivamente al sector, teniendo en cuenta que dispone de un centro que garantiza las mejores condiciones para formar con calidad, talento humano con habilidades en buenas prácticas ganaderas y ovinas, y además facilitará productos más competitivos en el mercado".
De acuerdo con el ICA, los alimentos de origen agrícola que se producen en el país para consumo nacional y para exportación, bajo esta certificación, no contienen sustancias químicas ni microorganismos que puedan ser adquiridos en la fase de producción primaria, protegiendo de esta manera la salud del consumidor final.
"Recibir formación de un equipo de instructores calificados sobre la forma adecuada de manejar la procesos ganaderos, y en ovinos y caprinos, nos conduce a seguir transformando el campo porque, cada vez, salimos mejor capacitados", aseguró Daniel Delgado Villota, tecnóloga en Gestión de Empresas Agropecuarias.
El proceso de certificación inició en julio con la visita inicial de los representantes del ICA a las instalaciones de la subsede Finca Villa Luz. La acreditación tiene una vigencia de tres años y está sujeta a modificaciones.