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  • Bienestar

    Rosas de exportación para enamorar al mundo

    Firavitoba (Boyacá)
    viernes, 10 de abril de 2015
    Hoy es el del Día del Florista. A propósito, SENA Noticias presenta el exitoso caso de un técnico formado por la institución, quien ahora adelanta una tecnología para mejorar sus procesos.
    Rosas de exportación para enamorar al mundo
    José Luis también se ha propuesto incursionar en el mercado de las flores en Rusia, considerado como uno de los mejores del mundo.

    “El éxito de un buen flor cultivo es la constancia, la superación  y las oportunidades de formación que nos brindan a los jóvenes rurales”, dice José Luis Silva Barrera, un joven de 25 años, de raíces campesinas, acostumbrado desde su infancia a vivir entre huertos, semillas de tubérculos, azadones, jornales y jornaleros.

    Se acostumbró a trabajar labrando la tierra cosechando papa, cebolla, arveja, maíz, entre otros productos agrícolas típicos de la cultura boyacense; a ver su piel quemada por el sol de las largas jornadas y sus dedos anchos por el uso constante del azadón.
     
    Esta tradición familiar le permitió forjarse como un hombre de carácter y entendió que este mundo no permite débiles.

    Conoció el SENA cuando estudiaba en el colegio, al hacer parte del Programa de Articulación con la Media, donde se formó como técnico agropecuario; allí aprendió a ver y querer el campo como mundo empresarial y a no abandonarlo sino a seguir creyendo y creciendo en él. 

    “Trabajamos para que los jóvenes crean en el campo y generen empresas rurales, para así disminuir el desempleo y generar mayores oportunidades en la creación de empresa y hacer realidad sus ideas de negocio”, afirma Néstor Alfredo Barrera Mora, director del SENA en Boyacá.

    La formación le dio las herramientas para pensar en crear un proyecto de investigación que pudiera desarrollar en el campo y que le diera la oportunidad de crear microempresa.

    Aprovechó que el SENA le brindó la oportunidad y se apoyó en sus instructores, quienes le orientaron en el desarrollo de técnicas y procedimientos que le permitieron iniciar el proceso de creación de un floricultivo; este aporte fue necesario para darle  vida  a su idea de negocio.


    CULTIVANDO SUEÑOS Y ESPERANZAS


    Son dos años dedicados a una de las actividades que se convierten en una sus pasiones: el cultivo de las flores. Sus días empiezan a las 4:30 de la mañana, cuando el frío es abrumador y las nubes se alejan dando claridad al verde campo de la vereda San Carlos, en Firavitoba –77 kilómetros al suroriente de Tunja–.

     

    Sus días empiezan a las 4:30 de la mañana, cuando el frío es abrumador y las nubes se alejan dando claridad al verde campo de la vereda San Carlos, en Firavitoba.​​

     

    Así es desde que era niño, cuando lo hacía junto a sus padres y nueve hermanos, quienes  han dedicado toda su vida a las  labores del campo.

    “A pesar de que cultivamos la tierra y nos dedicamos a las labores propias de la ganadería,  vivíamos en la pobreza, nos faltaban muchas cosas; pero algo que siempre mantuvimos fue la esperanza de encontrar nuevas oportunidades sin abandonar el campo”, relata  José Luis.

    “Mi papá no dudo en apoyarme en la creación de un invernadero. Mi hermana ya había trabajado en uno en alguna época, razón por la que decimados investigar más acerca de este tema y desarrollar la actividad innovadora en el municipio”, narra el emprendedor.

    Así nació El Rosal, una micro empresa familiar que ha mejorado sus condiciones de vida. “En ocasiones el trabajo es ‘duro’, pero  la recompensa es grande, pues además de la remuneración económica contribuimos con la felicidad de las personas que reciben nuestras rosas”, expresa José Luis.

    Los miembros de la familia Silva Barrera aprovecharon los recursos que tienen en su finca para cultivar los tallos de rosa y aprendieron la forma correcta de utilizar el terreno para la plantación de la semilla, la elaboración de estudios de las condiciones técnicas que requería el cultivo. Además conocieron la forma cómo deben administrar los recursos financieros y cómo incursionar en el mercado.


    EL RECORRIDO DE LAS ROSAS


    Las primeras rosas de la cosecha fueron vendidas en ciudades de Boyacá como Duitama, Paipa y Sogamoso. Luego continuaron en el proceso de expansión de mercados a departamentos como Casanare, Arauca y Norte de Santander.

     

    La familia Silva Barrera aprovechó los recursos de su finca para cultivar los tallos de rosa; además aprendieron la forma correcta de utilizar el terreno para la plantación de la semilla.

     

    Así hicieron contacto con la empresa Sophie  Flowers  en Estados Unidos, con la que iniciaron un proceso de exportación en 2014 enviando 23 mil tallos de rosa roja para el día de San Valentín.

    “Para San Valentín de este año (2015) exportamos más de 28 mil tallos de rosas, duplicando la capacidad de la microempresa en comparación al año anterior. Siempre he pensado que generar un producto de calidad vende mucho y eso nos ha generado el éxito”, cuenta el joven emprendedor.

    Actualmente trabajan en este proyecto 12 personas de manera directa y diez más se benefician con el proceso de recolección de la rosa, lo que convierte a José Luis en uno de los floricultores  más jóvenes y destacados de la región.

    Él actualmente se forma como tecnólogo en Análisis y Sistemas de Información; lo hace con el fin de sistematizar su cultivo y de esta manera mejorar la calidad del invernadero y ser competencia directa de uno de los países que también es fuerte en el cultivo de flores, como es  Ecuador.

    JBT/agf
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