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    “El SENA creyó en mí como tecnólogo”: Alcalde de Inírida

    Inírida (Guainía)
    lunes, 13 de abril de 2015
    Esta es la historia de Óscar Delvasto, alcalde de la capital de Guainía. La formación integral del SENA fue fundamental para que él llegara a ocupar el cargo más importante del municipio.
    “El SENA creyó en mí como tecnólogo”: Alcalde de Inírida
    “Llegó un momento cuando me dije: ‘voy a estudiar porque los años trascurren y la formación es fundamental para alcanzar cualquier sueño’, así que medí mis capacidades y opte por la formación integral con el SENA”: Óscar Delvasto

    Aquel sueño de ser futbolista profesional en Millonarios llevó a Óscar Delvasto Lara a hacer una pausa y de la mano del SENA jugar en otras canchas  para convertirse en la primera autoridad de la  capital del departamento del Guainía.

    El calendario marcaba el inicio de la década de los 70, cuando en un pequeño caserío llamado Amanaven –limítrofe con Venezuela y separado por la vena hídrica del caudaloso y amarillo Río Guaviare– se escuchó el jadeo de una madre, el silencio de la selva y la señal, el llanto de una nueva vida. 
     
    Se trataba de Óscar, así lo llamaron sus padres y dio fe la Iglesia en su bautizo. Así fue registrado ante el estado colombiano. Un niño de núcleo familiar trabajador, humilde, sencillo, soñador,  pero sobre todo muy  inquieto por salir adelante.

    Su niñez, adolescencia  y parte de la juventud estuvo bañada por  la fortuna de pocos en tener como gran amigo al río; conoció su  fuerza, sus matices y su  indudable respeto como fuente de alimentación.

     

    Se llenó de fortaleza y aprovechó al máximo su estadía en la capital del país, llevando a cabo sus estudios en una tecnología en Administración Hospitalaria en el SENA.​​

     

    En ese trasegar, Óscar compartió experiencias con las comunidades indígenas de la región e hizo  amigos de infancia con los cuales en medio del juego y los atardeceres rodeados de selvas vírgenes  intercambió la riqueza de la oralidad de las lenguas ancestrales y el castellano.
     
    Él recuerda con cariño que a unos minutos de Amanaven su padre tenía una finca que colindaba con la comunidad indígena de Coayare, una de esas tantas que para muchos son desconocidas, inexistentes y hasta difíciles de pronunciar; pero para Óscar, así como para quienes tienen la oportunidad de llegar  a esta región del país, conocerlas hace entender  que parte de  nuestros orígenes aún están latentes en estas tierras pacíficas.

    Fue ahí, en la única escuela de esta comunidad, donde recibió formación en su  primer grado de primaria.
          
    Para la familia Delvasto Lara los años transcurrieron y comenzó a hacer eco la necesidad de avanzar a nuevas  oportunidades; bajo este llamado vital y sin dejar su amor por el río, y el recuerdo de lo natural en su máxima expresión, se trasladaron al Guainía.

    Óscar recuerda que fue como cualquier otro joven de su edad, inquieto por practicar  deportes entre los cuales el fútbol fue su mayor pasión, “un amor azul” que con el gran esfuerzo de sus padres lo llevó a Bogotá para hacer parte de Millonarios, en el que estuvo a prueba varios meses.

    “El nivel de exigencia físico era muy alto, al igual que la disciplina; y aunque finalmente las cosas no se dieron para  cumplir mi sueño de ser jugador profesional, esa experiencia me ayudó a hacer una breve pausa y buscar nuevas oportunidades, otros horizontes que no solo me beneficiaran a mi sino a la tierra que me vio crecer”.
     
    Después de muchos esfuerzos y vivencias que para un joven lejos de sus seres queridos no son fáciles, se llenó de fortaleza y aprovechó al máximo su estadía en la capital del país, llevando a cabo sus estudios en una tecnología en Administración Hospitalaria en el SENA.

    Retornó a Guainía para poner en práctica sus conocimientos: “Me vinculé a la Secretaría de Salud y después al Hospital Municipal Manuel Elkin Patarroyo. Fui desde jefe de mantenimientos generales y de facturación, hasta subdirector administrativo”

     

    “El SENA es una de las entidades más valiosas de Colombia; me atrevo a decir que es  la  mejor plataforma de calidad para hacer realidad los sueños de quien piense y actúe en grande”.​

     

    Pero faltaba algo. A pesar de adquirir experiencia en el área administrativa y tener conocimientos previos, siempre estuvo cercano a las necesidades y fortalezas de la comunidad, lo cual generó mayor inquietud para ayudar un poco más; fue cuando surgió la idea de incursionar en la esfera pública de la política, logrando ser diputado en el periodo 2008-2012.

    Al finalizar este ciclo hizo una reflexión de fortalecer sus competencias en el sector público y decidió iniciar su formación en el SENA como tecnólogo en Gobierno Local. dice él que hubo muchas noches de desvelo, que no fue fácil ejercer un cargo público y a la vez recibir formación, “pero que cuando las cosas se quieren, se puede”.

    Para Bilialdo Tello Toscano, director regional del SENA en Guainía, manifestó que “la formación que ofrecemos es incluyente; no solo formamos técnicos, tecnólogos y especialistas, formamos a los mejores líderes para las regiones, capaces de responder a las dinámicas del contexto global”. 
     
    La meta de Óscar aparentemente se había cumplido. Aquel niño que un día fue concebido en las tierras del Vichada; aquel que un día tuvo la posibilidad de ser un gran futbolista pero que decidió jugar en otros escenarios de la vida, creció, fortaleció su carácter emprendedor, creyó en la formación del SENA y se perfiló de manera certificada como un líder, positivo e influyente en sus ideas de desarrollo y bienestar común.

    “Para mí el SENA siempre ha sido una de las entidades más valiosas que tiene Colombia; me atrevo a decir que es  la  mejor plataforma de calidad para hacer realidad cualquier sueño de quien piense y actúe en grande”, dice.

    La certificación como Tecnólogo en  Gobierno Local con el SENA –dice él–  le dio el valor para aspirar a un nuevo reto que lo condujera a ser el vocero de su pueblo; tomó entonces la  decisión de ser candidato a la Alcaldía de Inírida, saliendo victorioso.

    “Lo defino como un amigo, en mayúscula, un ejemplo a seguir no solo como mandatario, sino también como ser humano, como padre rodeado de sus hijos y su esposa, con quien ha caminado y construido sueños colectivos por más de 15 años”, señala Silvana Castellanos, su secretaria privada quien actualmente también se forma en el SENA como tecnóloga en Gestión Administrativa.

    Es como si el caso de éxito de su jefe la inspirara a darle  prioridad a la formación integral para  tener también más y mejores oportunidades.

    “A mis 45 años he aprendido que no importan las dificultades, ni las barreras para hacer realidad los  sueños o proyectos; desde que se tenga claro lo que se quiere y se le ponga dedicación  todo es posible”, expresa Óscar.

    Agrega que uno de sus grandes retos como alcalde y egresado ha sido continuar trabajando mancomunadamente con los diferentes sectores  para ampliar cada vez más las posibilidades de empleabilidad de los aprendices que así como él se certifican con el SENA en la región.

    EAG/agf
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