​En este puerto del Pacífico, sus pobladores empiezan a hablar de paz, de seguridad, de desarrollo social y de oportunidades de cumplir sueños de progreso en una región que ha sido afectada por el conflicto armado interno, así como tantas otras, por más de 50 años.

Los diálogos de paz que sostiene el Gobierno Nacional con la guerrilla de las Farc, en la Habana (Cuba), han encendido una luz de esperanza en La Perla del Pacífico. Allí, entidades públicas como el SENA, a través de sus servicios, infraestructura y comunidad, ponen su grano de arena para la construcción de una paz estable y duradera.

"La paz nace con nosotros y con nuestras actividades diarias, hacemos paz. Con el SENA, que tenemos la potencialidad de capacitar y formar a las personas, somos fuente generadora de paz", aseguró Edinson Banguera, instructor del Centro Agroindustrial y Pesquero de la Costa Pacífica de la Regional Nariño, y encargado de transferir conocimientos y experiencias a través del programa Pedagogía y Cultura de Paz, en esta zona del sur del país.

Estas nuevas iniciativas y reacciones de las personas nacen del convenio que firmó el SENA y la OIM (Organización Internacional para las Migraciones) para promover en la sociedad una cultura de paz y reconciliación a través del fortalecimiento de competencias de instructores y aprendices. El objetivo es contribuir a la formación de talento humano calificado y profesional que podrá desempeñarse en las actividades entorno al posconflicto.

Edinson, oriundo de esta tierra e instructor del SENA desde hace 12 años, es el primero en esta Regional de la Entidad en cursar Formadores en cultura de Paz, uno de los tres programas de formación complementaria diseñados por la Institución dirigidos a mejorar el desempeño de los trabajadores y a desarrollar en las personas habilidades para que tracen rutas de paz en todo el territorio nacional.

"Lo que hizo la OIM fue sensibilizar a los instructores frente al conflicto, sentir el problema y saber cómo afrontarlo con nuestros futuros aprendices que tienen distintas formas de vivirlo", señaló Edinson, al referirse al piloto de formación compuesto por otros dos programas: Ciudadanos Promotores de Paz y Gestores de Paz.

Este instructor de instructores, quien ha liderado programas de Jóvenes Rurales Emprendedores y supervisado labores de sus pares, hoy, en el área de sistemas, brinda toda su experticia y conocimiento en tecnologías de la información y las comunicaciones para beneficiar con su aprendizaje en temas de paz a cerca de 3.500 aprendices que se capacitan en esta zona de Colombia.

"El proceso de paz, además de todos estos gestos de bien, son recibidos con alegría por la comunidad. El Presidente de la República estableció una tregua con las Farc en la cual no hay ningún tipo de atentados y para nosotros aquí en Tumaco eso ha sido un remanso de paz", reafirmó él.

La invitación que hace este hombre dedicado a la formación es: "Hay que vincular a todos los estamentos públicos y privados para que sean partícipes de esta línea de acción que traza el SENA", afirmó, sin antes asegurar, que la estrategia con la OIM contribuirá a que diversos sectores, como la economía de la región basada en la pesca, la horticultura, la cría y cultivo de camarones y el rebusque diario, crezcan para beneficio de sus habitantes.

"La paz hay que buscarla en los puntos comunes, en nuestro andar, en nuestra cultura, en nuestra música, en nuestra gastronomía, en cada uno de esos momentos hay que buscar la paz y con la ayuda del SENA podemos conseguirla", concluyó.

Al inicio de este año, la Entidad inauguró en el Puerto de Tumaco la segunda fase del Centro Agroindustrial y Pesquero de la Costa Pacífica, infraestructura cuya inversión fue de 4.125 millones de pesos y que beneficia a 3.500 aprendices de 12 municipios de esta zona del país.

Igualmente, el pasado mes de noviembre, el SENA entregó la segunda fase de la sede Iguapi La Chiricana del Centro de Formación Agroindustrial y Pesquero de la Costa Pacífica, que tuvo una inversión de 5.097 millones de pesos en su construcción y 590 millones de pesos, adicionales, para la compra del mobiliario, la maquinaria y los equipos de oficina.

Todo esto apunta al fortalecimiento del empleo y el emprendimiento de pobladores de, al menos, 360 veredas que componen el puerto y sus alrededores. En definitiva, esto apunta hacia un mismo destino, la consolidación de la paz que sueñan millones de colombianos, en especial, los que habitan las zonas más alejadas del país quienes, como Edinson Banguera, forman este sueño a través del SENA.

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