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  • Bienestar

    El SENA tiene ‘cerebro fugado’ en teatro

    Bogotá D.C.
    miércoles, 03 de junio de 2015
    Así llegó a la institución, a través de una convocatoria a la que se presentó como cualquier ciudadano interesado, pero su calificada hoja de vida fue superior a los demás aspirantes.
    El SENA tiene ‘cerebro fugado’ en teatro
    Actualmente Diana trabaja en la profundización tecnológica de un proyecto de interpretación textual escénica que pueda fortalecer la formación titulada y complementaria.
    La búsqueda de oportunidades fuera de Colombia no es una casualidad. En algunos casos el deseo de aventura o la necesidad de obtener una mejor preparación profesional lleva a muchos connacionales a estudiar en otros países.

    ​​La salida al extranjero de personas bien preparadas puede generar falencias para el aparato productivo nacional. Las iniciativas, la creatividad y el desarrollo profesional de estos individuos son apetecidos en otros lugares del mundo, donde tienen la oportunidad de progresar social y económicamente.

    “Quería regresar a Europa, donde tenía algunas ofertas de trabajo, pero la propuesta que me hizo el SENA me llamó la atención, más allá de lo económico, por la oportunidad de aportar a mi país”​​​​​​

    El problema, más allá de la motivación de estudiar, radica en los casos de quienes no regresan a su país de origen, una situación conocida como “fuga de cerebros”.

    Diana de Fex, una talentosa joven de 27 años nacida en Medellín (Antioquia), es una de las excepciones a la regla, pues su amor por la tierra y la oferta recibida por el SENA, además del deseo por transmitir toda la experiencia y conocimiento adquiridos en el exterior, la llevó a quedarse en Colombia.

    “Terminé mi bachillerato en Estados Unidos, donde empecé a participar en obras desde muy pequeña; en ese país inicie mi carrera profesional en teatro, pero terminé en Francia, en la Universidad París 10. De forma paralela me preparaba en la Academia de Actores de esta ciudad, donde me formé por tres años. Al terminar me especialicé a través de un intercambio en Irlanda”, manifestó.

    Esta ‘paisa’ de pura ‘cepa’, como se considera, es uno de esos cerebros fugados que el SENA rescató. “Quería regresar a Europa, donde tenía algunas ofertas de trabajo, pero la propuesta que me hizo el SENA me llamó la atención, más allá de lo económico, por la oportunidad de aportar a mi país algo de mi experiencia y conocimientos en el campo de las artes escénicas, además trabajar con distintos tipos de comunidades, sobre todo personas vulnerables y azotadas por la violencia. Esta Entidad me da la oportunidad de desarrollar varios proyectos teatrales que en Colombia se trabajan muy poco”.   
          
    Llegó a la institución a través de una convocatoria realizada en julio de 2014; se presentó como cualquier ciudadano interesado, pero su calificada hoja de vida fue superior a los demás aspirantes, lo que le permitió ingresar como instructora de artes escénicas.

    “Hemos aprovechado lo que Diana adquirió en países que en materia cultural están más avanzados que nosotros, no solo en la ejecución de la formación sino en los procesos de diseños curriculares, porque para los aprendices es importante que tengan el conocimiento de las tendencias mundiales en expresión, lenguaje escénico, teatro y actuación y eso de la mano con procesos de investigación como el teatro aplicado”, indicó el subdirector del Centro de Formación en Actividad Física y Cultura, de la Regional Distrito Capital, José Giovanny Lozano.

    Dentro de los proyectos que Diana quiere implementar en el SENA está el Teatro del Oprimido. “Una técnica poco utilizada en Colombia en comparación con países de Europa; en esta clase de teatro los espectadores son los actores; en este caso la misma gente crea sus propias historias y se trabaja básicamente con la imagen del cuerpo, se transmite a través de la imagen física de cada uno”, dice De Fex., quien ha trabajado, entre otras partes del mundo, en Belfast, Dublín y Palestina con distintas comunidades vulnerables a causa de los problemas políticos o religiosos, utilizando este método para desarrollar su procesos de enseñanza. 

    “Me gustaría mucho hacer estas obras en Colombia, ahora que estamos en este proceso de paz directamente con los actores del conflicto, como las realicé en Jordania, porque permite tomar conciencia del país en que se vive. Lo que ellos quieren proponer como actores, como artistas al público, la responsabilidad como autores de lo que pueden expresar y la reacción que va a provocar en la sociedad, lo que la gente va a reflexionar”, dijo.

    Para Joel Anderson, director de una maestría en la Universidad de Londres y actor en la Academia Jacques Lecoq, en París, Diana es una mujer muy talentosa.

    “Con ella he compartido escenario en varias partes del mundo. Es muy inteligente, su trabajo es excelente y sus obras son magníficas. Es un gran aporte para el SENA”, indicó Anderson. 
     
    Según Diana son muchas las cosas que se pueden hacer con los aprendices: entre ellas está otro proyecto, cuyo fin es integrar los estudios de géneros y poscoloniales a través de la creación teatral, con dramaturgia que permita crear las identidades de las personas a nivel racial o de género.  ​

    AMB/agf
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