Hace más de diez años Eliberto cavó su propia tumba, luego de seguir indicaciones por parte de algunos integrantes de un grupo armado ilegal que afectó la zona rural de Coromoro, un corregimiento de San Gil.
Aunque la intención de sus captores era enterrarlo vivo en el hueco que él mismo abrió, un descuido por parte de sus verdugos, le permitió a este santandereano huir, salvar su vida y contar la historia que hoy de la mano del SENA, escribe con un final feliz.
"Esa situación ha sido la más difícil que he vivido, perdí la fe, la ilusión de trabajar y permanecer en el campo. Sin embargo, el milagro de estar vivo me dio fuerzas para seguir luchando, y el SENA el conocimiento técnico y los recursos económicos para consolidar mi proyecto de vida", manifestó Martínez Castro.
Esta víctima del conflicto, esposo, padre de tres hijas y aprendiz del programa SENA Emprende Rural (SER), se dio cuenta en su proceso de formación, que su sueño de producir tomate orgánico, uno de los frutos al que más agregan agroquímicos en su etapa de cosecha y pos cosecha, era una iniciativa empresarial rentable con la que beneficiaría no solo a productores y consumidores, sino también al medio ambiente.
Información reportada por organismos internacionales dedicados al fomento de la alimentación ecológica, indican que en la actualidad el mercado de productos orgánicos mueve en promedio, 200 billones de pesos anuales.
Todo se debe, según los expertos, a que cada vez más personas buscan buena salud y ello se logra con alimentos orgánicos, es decir, libres de aditivos, químicos y fertilizantes que contaminen el ambiente y el cuerpo de los consumidores.
Con los conocimientos recibidos en diferentes áreas de buenas prácticas agrícolas, Eliberto implementará un sistema de cultivo de tomate bajo techo, innovador en su región, con el que es posible reemplazar el uso de agroquímicos, con insumos naturales, como el picante o el ajo, por mencionar solo dos.
Esta idea de negocio será una realidad gracias a Fondo Emprender del SENA, que recientemente destinó más de 110 millones de pesos al proyecto de Eriberto, el cual está enfocado a emplear mano de obra de mujeres cabeza de hogar y campesinas de su vereda.
Inicialmente Invernadero Tomarte, nombre del proyecto empresarial, generará siete empleos directos y más de 20 empleos indirectos que aportarán ingresos a 27 familias campesinas.
"Formamos a los mejores trabajadores de Colombia, ya sea para que se desempeñen como empleados, empresarios o emprendedores, lo importante es que contribuyan a la generación de ingresos, productividad y sobre todo, a la construcción de una Colombia en paz", expresó David Hernando Suárez Gutiérrez, director regional del SENA en Santander.
La Entidad, además de impartir conocimientos técnicos, fomenta en sus aprendices la creatividad, innovación y habilidades blandas como el liderazgo, inclusión social, solidaridad y respeto, aspectos característicos de la Formación Profesional Integral SENA, que hacen posible iniciativas como las de Eliberto, que buscan contribuir al progreso social y económico de las regiones.